El hermano pequeño de la Taberna La Carmencita, se llama Celso y Manolo. Esta taberna castiza, está ubicada a pocos metros de la otra sede del Grupo Deluz & cia pero el concepto es bastante diferente, ya que aquí predomina una enorme barra de mármol de ocho metros, donde se puede picotear algo rápido o tomar un vermút con amigos.
El local no es muy grande, pero conserva ese aire de tasca en la que se ve que hay una historia detrás y te apetece entrar a conocerla. Está decorado por la arquitecta Mercedes Sebrango, quien ha jugado con carteles antiguos, ñoras colgando en la pared, toros de mimbre y espejos con aire vintage.
La carta está llena de raciones pensadas para compartir y donde se puede apreciar el respeto por el producto de autor y un punto de sofisticación digno de una tasca del sigo XXI.
La comida la empezamos con el ya famoso Chuletón de tomate de Huesca, que viene acompañado de cebolla morada, pepino, mango, tomate seco, aguacate, papaya, cilantro y un buen chorretón de aceite de oliva del rico :). Un plato que ya entiendo porque ha adquirido tanta fama en tan poco tiempo…creo que hay que probarlo para comprenderlo.
Nos trajeron un par de empanadillas “Martes y Trece” elaboradas a base de bonito del Norte y masa casera, que realizan con paciencia y amor…y eso se nota nada más morder ;).
Me llamó la atención el apartado de «marisquete del barato sin sustos» y pedimos una ración de cigalitas a la sartén, que se comían como pipas porque estaban crujientes y super frescas. Un lujo que pocas veces te puedes permitir cuando sales a comer fuera, porque tu bolsillo se quejaría. Aquí es posible, porque optan por marisco de tamaño inferior y de pequeños productores, pero de gran calidad.
Nos habían hablado muy bien de la carne que sirven en Celso y Manolo, pero no nos apetecía el típico chuletón…así que nos decantamos por las chuletillas de cordero lechal con cous cous. Estaban churruscaditas y las sirven sin hueso, todo un detalle por parte de cocina ;).
También probamos el huevo a la sartén con foie a la plancha. Sé lo que estaréis pensando: «¡¡Atención…colesterol a la vista!!» pero ¿A quién no le gusta unos buenos huevos fritos con patatas? Y si encima vienen con foie…es que no podíamos decir que no.
Fuimos incapaces de irnos sin probar alguno de sus postres caseros. Como no sabíamos por cual decantarnos, le pedimos a la camarera que nos aconsejara ella y nos trajo las natillas caseras. Fue una buena forma de acabar la comida.
Mi recomendación: si sois altos tened cuidad con las pequeñas mesas con banquetas que tienen nada más entrar, porque os pueden resultar algo incómodas…os recomiendo optar por la barra o por las mesas altas del fondo. Tienen un servicio joven y experimentado, que os hará pasar una velada perfecta. Cenar sale por 30 euros/persona con vino.
Tasca Celso y Manolo
Calle Libertad 1, Madrid
91 531 80 79
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