A la entrada de Zahara de los Atunes nos encontramos con la Taberna de El Campero, un sitio del que dicen que una vez pruebas el atún que aquí preparan – da igual la versión escojas- ya no querrás comerlo en otro lado, porque lo traen directo de las Almadrabas y eso es un auténtico diamante en bruto.
El dueño de este templo del atún es Pepe Melero, quien ha creado este nuevo Campero con una imagen más moderna y dando más importancia a la taberna. El local, al igual que su hermano mayor, tiene un restaurante en la parte trasera, donde comer de carta y con un ambiente más formal; y una buena zona de barra con barriles con taburetes altos para picar.
La carta tenía miles de opciones para escoger y me encanta la idea de que más de un 50% de ellas lleven atún entre los ingredientes. Claramente aquí se viene a picotear, ya que la carta está diseñada a base de raciones y pinchos que te incitan a querer probar todo :).
Empezamos por unas langostino en tempura con alioli de tomate picante. Tuvimos que pedir más porque no queríamos compartir de lo ricas que estaban…ya nos habían avisado, que nos íbamos a pelear, que pidiéramos una para cada una y así fue. ¡¡¡Qué delicia!!!
Seguimos con el que fue mi plato favorito de la noche: atún macerado con salmorejo de mango. Me pareció uno de esos platos que te quitan el sentido. Un suave salmorejo, al que le quitaba las migas de queso de cabra, marida a la perfección con un macerado de diez. Claramente, es un bocado que no se puede dejar de probar cuando vengáis ;).
Luego pedimos unas croquetas de pescado, que después del primer mordisco entendimos la cara que nos puso el camarero cuando las pedimos. No valían mucho, les faltaba cremosidad y sabor. Culpa nuestra por ir a un sitio especializado en atún y «hacer el primo» pidiendo croquetas.
Había dos tipos de tartares (ventresca de atún o cola blanca), el camarero nos recomendó el tartar de «toro» de ventresca y nosotras le hicimos caso. Lo traen cortado a la mesa y lo aliñan delante de ti con yema de huevo, salsa de soja y una pizquita de wasabi. Mantequilla pura…una fiesta para las papilas gustativas. Un plato para no compartir, porque habrá más de una trifulca.
Y después de los fríos nos trajeron las raciones calientes. La primera en llegar fue la yema frita con atún con tomate. Un tradicional guiso de atún con salsa de tomate, para el que usan atún de primera que se aprecia en la jugosidad y la textura del pescado y coronado con una pasta brick que esconde una yema de huevo :).
Y por último, una tortilla campera con lomos de atún. Buen punto de cuajado, patatas y verduras con un rico sabor a huerta y el atún que protagonizaba el plato. Una buena mezcla pero me quedo con las elaboraciones frías del atún.
Mi recomendación: si estáis por Cádiz y es época de atún, creo que deberíais organizar el viaje para parar una de las noches en Zahara de los Atunes y probar la especialidad de la zona: el atún de Almadraba. Además, no olvidéis reservar porque la fama que está adquiriendo este templo es increíble…abren a las 20:30 y desde las 20:15 la gente está haciendo cola para poder coger unos de los barriletes y cenar como auténticos reyes a precio de chiste. Cenar sale por 25 euros/persona picoteando con tintos de verano.
La taberna de El Campero
Calle María Luisa 6, Zahara de los Atunes (Cádiz)
956439036
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