Como era de esperar, Habanera: el último proyecto del Grupo Larrumba, ha sido un éxito rotundo nada más abrir. Nosotros reservamos para comer y había bastante gente haciendo cola en la puerta. Teniendo en cuenta los antecedentes del resto de proyectos del grupo, seguro que conseguir mesa para cenar ya es otro cantar.
El restaurante cuenta con una ubicación privilegiada: el antiguo Riofrío, con vistas a la plaza de Colón. Después del lavado de cara de la mano del estudio Proyecto Singular, el local se ha convertido en un espacio con aires tropicales como sus hermanos (o mejor dicho hermanas por lo femenino del nombre de todos los restaurantes del grupo). Mucha luz y buena distribución del espacio. Tienen dos plantas y en la de arriba, además, hay una terraza que está claro que va a dar mucho juego este verano.
En cuanto a la carta, se parece a las del resto del Grupo, pero puede que esta sea la más elaborada y en la que hayan arriesgado un poco más. Nosotros empezamos con unos falsos niguiris de causa limeña con pulpo a la brasa y mayonesa de pimentón. Estaba rico pero no nos pareció algo brutal.
Nos gustaron mucho los tacos de pincho moruno glaseados con sweet chili y aguacate: para los aficionados al picante, es un entrante perfecto y los ingredientes son una buena combinación.
También para compartir, pedimos canelones de carrillera estofada al vino tinto con puré de boniato asado: muy potente el sabor del vino de la salsa y textura perfecta, se deshacen en la boca. Una única pega: la cantidad, sirven cuatro pero son verdaderamente muy pequeños.
Seguimos con pappardelle con crema trufada, huevo 64º y crispy bacon. Elaboraban una pasta similar en Frida (otro miembro de Larrumba en la calle San Gregorio 8) pero éste está más conseguido: la trufa está muy presente y el bacon súper crujiente y todo suavizado por el huevo. No es original pero está bien cocinado.
Para terminar su tarta de cumpleaños. Un clásico del grupo, la tarta de galletas maría, chocolate y lacasitos que hacían en los cumples cuando éramos pequeños. Es un postre que no falla, quizás estaba un poco duro (parecía que había pasado de la nevera al plato) pero con un sabor de 10.
La cocina va a muy buen ritmo pero es cierto (y por lo que he leído no soy la única que piensa así) es que a los camareros les falta rodaje. Hay muchos camareros y son todos encantadores pero están muy despistados a la hora de organizar las mesas, hay que esperar en la puerta aún teniendo reserva y una vez que pides se hacen un lío con lo que corresponde a cada cliente. Resulta chocante que con la experiencia que tienen no se organice mejor el servicio desde el principio.
Mi recomendación: si sois fans del ambiente de Larrumba, no os va a decepcionar. Si lo que queréis es buena comida, quizá no sea la mejor opción, porque, en la línea con el resto, está rico pero no es memorable. Todavía se puede conseguir mesa sin tener que reservar con meses de antelación. Cenar sale por 30 y pocos euros/ cabeza pero eso sí, bebiendo agua del grifo (que te sirven nada más llegar).
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Habanera
Calle de Génova 28, Madrid
No paro de ver referencias a este nuevo restaurante en los últimos días, ¡habrá que conocerlo!