Dos amigos de toda la vida, Iván Zhan y Mark Li, decidieron emprender y embarcarse en un negocio hostelero aprovechando que un local familiar se quedaba vacante, pero necesitaban un buen chef que liderase la cocina, y para ello escogieron a Óscar Horcajo, un joven cocinero al cual conoció Iván en la Expo de Shanghai en 2010, que había adquirido su experiencia trabajando con Alberto Chicote y Pedro Larumbe. El resultado de esta union fue Oribu, un gastrobar donde conviven las dos culturas de los socios: mediterránea y asiática.
Cuando entré en el local, la decoración me era muy familiar, me recordaba mucho al estilo que tiene El Patio del Fisgón o La Contraseña…y es que el encargado de la obra ha sido Álvaro Oliver Bultó, que también ha decorado estos dos restaurantes.
Cuando empiezas a leer la carta, todo es tan apetecible que, para una persona a la que le cuesta elegir como a mi, es una labor muy complicada decidirse. Lo que estaba claro es que no podíamos irnos de Oribu sin probar la tortilla de patatas frita en tempura como le gusta a Chicote. La cebolla y las patatas las cortan en juliana, las fríen hasta que están extremadamente crujientes y las mezclan con huevo…pero lo mejor es que siendo una tortilla no lo parece, ya que no cuajan el huevo e incorporan una salsa de miso, convirtiéndolo en un plato sorprendente 🙂 .
Otro entrante que nos llamo mucho la atención fueron las gyozas de cocido madrileño, su caldo al miso y verduras. Este plato de primeras te resulta de lo más japo, pero cuando muerdes la gyozas y pruebas el relleno que lleva dentro, piensas que estás sentado en la mesa de casa de tu abuela tomando su famoso cocido de los viernes…¡¡¡de quitarse el sombrero señores!!!
Cuando leímos futo-maki no pudimos resistirnos, empezamos con los de langostino fritos en tempura con mayonesa de curry y lima. Diferentes texturas y sabores aparecían en la boca a media que se iba deshaciendo el maki. Un acierto el mezclar el langostino con curry y potenciar el sabor con la lima.
El segundo futo-maki fue elección mía: salmón, guacamole y mayonesa picante…una mezcla explosiva que llama la atención de los amantes del picante, el aguacate o el salmon. No le dejé a Luis ni uno, me gustaron tanto que me los comí todos yo…así soy de avariciosa 😉 .
El plato que mas nos sorprendió fue el tataki de ternera con salsa miso, trufas y miel de flores. Crudo, dulce, trufado…este chico no tiene miedo a mezclar y crear platos que unan los dos continentes :).
De postre nos decantamos por la tarta de queso deconstruida, que sirven en un tarro. Para mi gusto la crema de queso me resultó muy fuerte, porque como ya sabréis no soy una gran fan de este producto, pero Luis lo agradeció porque a él si que le gustó.
Mi recomendación: si sois de los que os gusta fusionar cocinas, ir a sitios bien decorados y con mucho ambiente y probar todos los sitios nuevos que abren en Madrid, os recomiendo probar la propuesta que ofrece Óscar Horcajo en Oribu porque sorprende…Cenar sale por 30 euros/persona sin vino, pero probando un par de platos por persona y compartiendo postre.
Oribu Gastrobar
Calle Barquillo 10, Madrid
915 24 03 17
Que buena pinta!! Me tienes que llevar a cenar!! 😊