Si todo el mundo habla maravillas de un restaurante, mi cerebro inconscientemente me manda una señal y me obliga a ir a probarlo, porque necesita vivir ese espectáculo en primera persona :). Como consecuencia de este acto reflejo, hace una semana conocí Triciclo.
Gracias a una idea que tuvieron tres cocineros – Javier Mayor (DiverXO), Javier Goya (Casa Marcial) y David Alfonso (Balzac) – en Julio de 2013 surgió este templo del buen comer en el Barrio de las Letras. Tal ha sido su éxito, que en los últimos premios Metropoli (24 de febrero de 2014) recibieron el premio como «Restaurante Revelación«.
Nada más entrar en Triciclo os encontraréis con una pequeña barra, perfecta para tomarse la primera caña antes de comer, luego veréis una zona en forma de «U» para comidas entre amigos (máximo 12 personas) y a medida que avanzas llegas hasta el comedor, donde predomina el blanco de las paredes, los triciclos en las esquinas y la madera…una decoración sencilla, rústica e informal 😉 .
La carta está estructurada en tres bloques y va cambiando según la temporada en la que nos encontremos:
- «Del mercado al Triciclo«: lo más importante en este bloque es el producto, que tratan de manera sencilla y con mucho cariño.
- «Un paseo en Triciclo«: aquí encontraréis platos españoles con una elaboración especial.
- «Viaje en Triciclo«: dejaos llevar porque para disfrutar al 100% de Triciclo tendréis que probar platos internacionales que encontraréis en esta sección de la carta.
Gambas rebozadas, shisho (también conocido como albahaca japonesa), menta y mango troceado, son los ingredientes usados para crear este primer bocado que te ayuda a abrir apetito, refrescarte la boca y poder viajar en Triciclo por arrozales asiáticos. Un plato fácil de comer, del que me llamó la atención la textura que aporta el shisho (la hoja que sujeta el invento).
El único plato que tenía claro que quería pedir era la tosta de steak tartar con huevas y huevos, ya que soy fan incondicional de este plato. Destacaré el detalle del huevo de codorniz, con el que consiguen que se temple el plato y potenciar la cremosidad gracias a la yema. Un plato obligatorio cuando vengáis a visitar a este trío de ases, aunque…podrían quitar las huevas porque tienen un papel secundario :).
Viajamos a Perú con su ceviche verde de corvina y marisco, que maceran en cítricos y aliñan concebolleta, cilantro y cebollino, consiguiendo dar frescura al plato y potenciar el sabor del pescado, que estaba perfectamente cortado…amantes del ceviche, ¡¡os aconsejo probarlo porque han conseguido estar a la altura!!
De plato principal pedimos algo español para contrastar sabores. Optamos por el rossejat de mariscos con ali oli de ajo negro para compartir entre los cuatro. El punto del fideo perfecto, la mezcla del ajo negro con las gambas la pera…me pareció algo sensacional.
Fuera de carta tenían cochinillo confitado y frito, que cuando nos contaron como lo hacían nos convencieron para que lo pidiéramos como el segundo plato principal. Empiezan confitándolo en cítricos un par de horas, para posteriormente freírlo como si fuera un rebozado, consiguiendo que se quede una costra extremadamente crujiente por fuera y el interior suave y muy sabroso ;). Lo acompañan con un puré de manzana y una ensalada de hinojo rallada, eneldo y manzana verde para poder seguir comiendo y no morir en el intento. Siendo un plato que en otras ocasiones puede resultar seco…y viniendo sin salsa…es súper sabroso y a los cuatro que estabamos nos encantó y nos pareció el mejor cochinillo que habíamos tomado en nuestra vida…¡a punto estuvimos de pedir otro!
Después del homenaje que nos habíamos metido entre pecho y espalda fuimos capaces de probar la mitad de los postres que tienen. El que elegimos por unanimidad fue brioche tostado en sartén con helado de yogur. Un mullido y delicioso bizcocho, que nos hizo emitir más de un «mmmmmmh» en la mesa :).
Nos recomendaron pedir el arroz con leche requemado y eso que íbamos con un medio asturiano, pero como estos chicos confían tanto en su cocina…para ellos era un reto y eso les encantaba ;). A mi me pareció que estaba perfectamente hecho: meloso y dulce pero no empalagoso… cosa fundamental para que un postre guste a todos, aunque el asturiano se quedó con el brioche.
El postre para el cliente goloso por excelencia es el Chocolate Triciclo, una mousse de chocolate con unos toques de naranja y sal, pan de cristal y tierra de galletas de chocolate en la base.
Mi recomendación: si después de leer estas palabras estáis salivando como me está pasando a mi al recordar la súper cena, os recomiendo meteros en su web y reservar…¡¡¡no os extrañe que tengáis que esperar por lo menos un par de semanas para poder comer/cenar!!! Pero paciencia, que merece mucho la pena la espera. El pero que le encuentro es la lentitud del servicio a la hora de tomar la comanda y la intensidad de la luz en la sala, aunque eso para las fotos es una maravilla :). Cenar sale por 35 euros/persona tomando dos platos por persona con una buena botella de vino.
Triciclo
Calle Santa María 28, Madrid
910 244 798
Muy buen post, ese cochinillo y fideua me atraen mucho!
Gracias!
Rachel