Llevaba años con ganas de ir a probar Latasia, porque todo el mundo decía que se comía de muerte, que menuda mezcla de sabores, que era súper divertida la carta y que los chefs son unos cracks…así que aprovechando que en verano se queda vacío cogí a Weinstorming y me lo llevé a la zona del Bernabéu a ver si era verdad todo lo que contaban.

Detrás de este proyecto se encuentran los hermanos Sergio y Roberto Hernández, quienes montaron en su día La Chusquery (un sitio que me encantaba, pero que ya cerraron hace tiempo) y hoy tienen este proyectazo, donde te sentirás como en casa.

El local no es muy grande pero es muy agradable. Fuimos entre semana y estaba lleno, por lo que recomiendo reservar para asegurarte una sus mesas. Tiene la cocina a la vista, cosa que me encanta. Otra cosa que me gusta, es el suelo hidráulico retro, la buena iluminación y la decoración sencilla

En la carta la mayoría de los platos son una fusión de tres cocinas: española, asiática y latinoamericana. Una mezcla que puede sonar rara pero que funciona de maravilla. Nosotros íbamos con ganas de probar todo, pero la carta es bastante extensa, así que vamos a tener que hacer dos visitas para conseguirlo 😉

Empezamos la cena con media ración de Ensaladilla Latasia con bonito escabechado, mayonesa de ají amarillo, camarones fritos y huevas de tobiko. No es la típica ensaladilla, pero sí es una que os tenéis que pedir y probar. ¡¡Qué cosas más sabrosa y potente!! Primer bocado obligatorio.

Seguimos con el tiradito de lubina kombujime con salsa yuzu y soja. Recomendación del chef y otro acierto. Refrescante, ácido, ligero y lleno de detalles que iban apareciendo a media que saboreabas el pescado. No es para todos los públicos, porque es pescado crudo, pero sí para los estómagos aventureros.

El Som Tam de cigalas con salsa de mostazas y toques cítricos, tirabeques, piel de bacalao frito, anacardos, pomelo y aceite picante. Es crujiente, picante y explosivo a la vez. Además de ser un plato bonito de presentación. No os dejéis llevar por la cantidad de ingredientes que lleva, probarlo y me contáis.

El Solterito Thai de chipirones salteados, lleva caldo frío de pescado, lemongrass, mermelada de guindilla, edamame, maíz cocido, tejas de quinoa negra y espuma de aguacate. Una mezcla inesperada de sabores, donde predomina la brasa y encuentras toques cítricos y agridulces de la mermelada de guindilla.

Siempre que veo Zamburiñas en la carta, se me van los ojos y el estómago me dice ¨PÍDELAS¨, así que no pude resistirme. Se llaman zamburiñas atómicas y vienen preparadas al horno con una salsa de parmesano, ajo y pisco. Sólo puedo decir una cosa: tenéis que probarlas pase lo que pase. Obligatorias.

Nos trajeron una racioncita de mollejas en 3 cocciones (confitadas, fritas y salteadas) con una crema de nabo, alcaparrones y setas salteadas para que les diéramos nuestra opinión y nos alegraron la noche. ¡¡BESTIALES!! Luis y yo nos peleábamos porque comernos cada trozo, y mira que nosotros no somos de casquería, pero cuando algo está bien elaborado…se nota.

Estábamos que reventábamos pero mi padre (fiel cliente de esta casa), me pidió que no me fuera de Latasia sin probar el Saam de alitas de pollo deshuesadas y yo soy una hija muy obediente y lo probé. Rico, pero para mi gusto había platos más bestiales como las zamburiñas, el som tam o las mollejas.

Para cerrar el homenaje, mochi de cheesecake con helada de yogur, mermelada de frutos rojos y polvo de galleta. Para mí, lo más flojo de la cena. Pero tengo que admitir que no veo la gracia de los mochis, que a todo el mundo les encantan, los puedes comprar hasta en Mercadona.

Mi recomendación: si estáis por la zona del Bernabeu y estáis cansados de siempre comer lo mismo y os apetece innovar un poco, creo que Latasia es un buen sitio para descubrir sabores nuevos. Encima son encantadores, siempre te tratan de maravilla (por lo que me ha chivado mi padre) y tiene un precio muy competitivo (cosa excepcional hoy en día en Madrid). Cenar sale por 40 euros/persona tomando cerves o vino por copas y comiendo como si no hubieras comido en años. Siempre es mejor reservar, porque es un sitio pequeñín y disfrutar al máximo.

Latasia

Paseo de la Castellana 115, Madrid

915559333