En la callle Apolonio Morales hay una casa de comidas, donde se come francamente bien y a un precio de lo más ajustado. El sitio del que os hablo es Quinqué, un modesto local en pleno Barrio de Chamartín, que abrió sus puertas a principios de 2019 y que desde entonces está prácticamente lleno todos los días comida y cena.
Detrás de este proyecto se encuentran dos jovenes cocineros Carlos Griffo y Miguel García, quienes han estado trabajando con grandes maestros de la cocina como Nacho Manzano y Dani García. Lo que me encanta de estos chefs es que han creado una casa de comidas con cocina tradicional como protagonista pero dando su toque personal, que es lo que enamora al cliente.

Los chefs de Quinqué: Carlos Griffo y Miguel García
El local es sencillo y pequeñito, tiene una zona de barra con unas cuantas mesas nada más entrar y una sala principal acogedora, luminosa y con un ambiente familiar y agradable. Y en verano cuentan con una maravillosa terraza en una zona mega tranquila.

Una sala modesta donde se viene a comer rico
En la carta encontraréis platos de toda la vida como la fabada, la merluza en salsa verde, el rabo de toro o el arroz con leche pero elaborados con técnicas de hoy y presentados como si estuvieseis comiendo en un restaurante de estrella Michelin. Cada día tienen unos cuantos platos fuera de carta según la temporada y la oferta del mercado. También tienen arroz con pitu pero hay que pedirlo por encargo.

Una carta con medias raciones que es una cosa que me chifla
Nosotros fuimos con las ideas muy claras ya que queríamos probar 5 cosas seguro y así hicimos. Empezamos con las croquetas de jamón, que son una auténtica pasada. Melosas, mega sabrosas y con un rebozado fino y delicado. Obligatorias si venís a ver a Carlos y Miguel.

Amantes de las croquetas de jamón ¡¡venid ya!!
Lo siguiente que nos moríamos por probar eran sus almejas a la sartén. ¡¡Menudo tamaño tenían las amigas!!. Y la salsa…de llorar. Un entrante perfecto para compartir. Recomendación: coger el pan de John Torres y no parar de mojar hasta que el plato quede limpio 🙂

Almejas a la sartén
Otro plato que no podía faltar en nuestra mesa esa noche eran las gambas de cristal con huevo de corral. Se comían como pipas, es uno de los platos insignia de la casa y nos encantó. Un plato simple que demuestra como usando dos ingredientes de calidad puedes hacer una obra de arte.

Gambas de cristal con huevo
Y como la noche iba de probar platos estrella de la casa y estos dos chefs son unos máquinas preparando platos de cuchara pues nos pedimos la fabada para cerrar la ronda de salados. Estáis leyendo bien, ¡¡fabada por la noche!! Eso mismo pensé yo antes de ir a Quinqué, pero cuando me la estaba comiendo…me daba igual qué hora del día fuese porque no sabéis que cosa más buena.

Fabada con su compango
A la hora de pedir el postre, lo tuvimos muy claro, una tarta de queso que pedimos nada más sentarnos en la mesa porque suelen volar y no queríamos irnos sin probarla. Menos mal, porque los chicos de la mesa de al lado se quedaron sin porción por lentos 🙂

Tarta de queso de punta caída
Mi recomendación: si sois amantes la comida tradicional bien elaborada y no os importa coger el coche para ir a comer a un sitio donde comeréis auténticas delicias, creo que deberíais ir reservando mesa en Quinqué porque os va a encantar. Reservar es obligatorio porque siempre están llenos. Comer sale por 50 euros/persona con vino.
Quinqué
Calle Apolonio Morales 3, Madrid
910 73 28 92