Lo confesamos, nunca hemos estado en Galicia, pero mira que nos gusta su gastronomía…por ello hoy os vamos a hablar de La Flor de Galicia, un restaurante gallego fundado en 1982 por los hermanos Ferreiro (Jose Antonio, Angel Luis y Adolfo), quienes han conseguido después de 35 años, a base de trabajo y esfuerzo, hacerse un nombre en Madrid.

El marisco es el protagonista y mimado de la casa
La clave de éxito es que ofrecen lo mejor de la cocina y productos gallegos a sus clientes. El restaurante, situado en pleno corazón del barrio de Salamanca, tiene un amplio comedor decorado con estilo rústico, elegante y de la tierra. Que consigue evocar el espíritu gallego a través de piezas de artesanía y madera tradicional.

Un comedor decorado con estilo rústico, elegante y de la tierra
Sus platos, siempre fieles a la filosofía que supone la base de su espíritu, la de de ofrecer a los clientes la cocina más representativa gallega, son preparados al estilo tradicional, manteniendo la calidad, frescura y generosidad de Galicia.
En su carta se puede encontrar desde los mas frescos pescados y mariscos conservados en vivero propio, hasta las mejores carnes y arroces, con una muy cuidada preparación. Nosotros empezamos con unas gambas a la plancha. Las traen cada día desde Isla Cristina (Huelva) y se nota la frescura.

Gambas de Isla Cristina Huelva a la plancha
Después probamos el pulpo a la gallega con cachelos. Cada día lo cuecen, porque es uno de los platos más demandados, tanto en sala como en barra. Lo acompañan con patatas gallegas también cocidas, un chorrito de aceite de oliva y pimentón, que puede elegirse entre dulce o picante. En nuestro caso, cogimos el picante y os lo recomiendo 😉

Pulpo a la gallega con cachelos
Otro plato mítico de «La Flor de Galicia» es su empanada. Las hacen de todos los ingredientes que os podáis imaginar: bacalao con pasas, mejillones y langostinos, chipirones en su tinta, lacón y grelos, xoubas, lacón y chorizo, rape, vieiras…Nosotros probamos la de ternera gallega. Se nota que ellos mismos preparan desde la masa (muy fina y crujientita) hasta el relleno (guiso de pimiento, cebolla, zanahoria, tomate). Una señora ración.

Empanada de ternera gallega
Y el último entrante que pedimos fueron unas croquetas de marisco con salsa de piquillo. Los gallegos no se cortan con las raciones. Hay que admitir que de aquí es imposible salir con hambre. Las croquetas eran de un tamaño descomunal, con una rica bechamel y un relleno contundente y sabroso.

Croquetas de marisco con salsa de piquillo
De segundos probamos el solomillo de vaca rubia gallega. Muchas veces los platos más sencillos, son los que más gustan y es que no hay nada mejor que apostar por materia prima de primerísima calidad y a penas manipularla. Un claro ejemplo es este buen trozo de carne. Sobresaliente.

Solomillo de vaca rubia gallega
El arroz con carabineros y almejas. Lo preparan al horno y es mínimo para dos personas. La ración es gigante, así que no os quedaréis con hambre. El punto del arroz estaba como a mi me gusta (durito) y tenía el sabor marino, que estábamos buscando.

Arroz con carabineros y almejas
Y el rodaballo a la espalda, qué fue sin duda nuestro favorito. Se sirve con patatas a lo pobre y tomate al horno, y lo terminan con una salsita de aceite de oliva, ajos dorados, unas gotas de vinagre y perejil. Productazo gallego en toda regla 😉

Rodaballo a la espalda
De postre nos trajeron un plato de postres caseros variados: tarta de Santiago, hojaldre de manzana, filloas y flan de queso. Todos ellos muy gallegos y preparados a diario en cocina. Si tuviera que quedarme con uno, diría que el flan de queso. Ligero, suave y cero empalagoso.

Plato de postres caseros variados: tarta De Santiago, hojaldre de manzana, filloas y flan de queso.
Mi recomendación: si os ha tocado reservar el sitio para el próximo evento familiar o comidas de empresa, y buscáis un sitio donde os preparen un menú con vuestras necesidades, y cuidando hasta el más mínimo detalle, creo que un buen sitio sería La Flor de Galicia. Disfrutaréis de una rica cocina gallega, un servicio atento y excelente relación calidad-precio. Cenar sale por 35 euros/cabeza con vino.
La flor de Galicia
Calle de Alcántara 15, Madrid