La localización les vino dada, dado que es un local familiar, y la verdad es que me parece un acierto la zona (Sol), porque no hay muchos restaurantes de este tipo y buena falta hacía ;).

La parte de arriba de Serafina

Con paredes de ladrillo visto, lámparas vintage, una chimenea antigua, sofás Chester, mesas de madera y sillas de colegio se podría pensar que la decoración la ha realizado algún estudio de decoración famoso, pero nada de eso, todo lo han montado ellos. Y es que Jesús tenía muy claro cómo quería que fuera Serafina y ha luchado hasta encontrar todos los muebles que tenía en la cabeza.

La parte de abajo de Serafina

La carta también es cosecha propia, elaborada por su jefe de cocina Rafa Castiella junto con Ángeles. En ella encontraréis medias raciones, perfectas para los que os guste probar un poco de todo o raciones completas para los que vayáis a tiro hecho. Nosotros empezamos con media ración de wonton de langostinos y verduras al curry rojo con teriyaki de cítricos. Fui a cenar con la mini chef de la familia (Pulgui) y estaba encantada con la mezcla de sabores, el crunchy de la empanadilla y lo pochadita que estaba la verduras :).

Wonton de langostinos y verduras al curry rojo con teriyaki de cítricos

También pedimos el provolone con setas y cebolla caramelizada, que nos dejó a las dos sin habla. ¡¡¡Qué cosa más rica!!! Siempre he tomado el provolone con tomate, albahaca, salsa de tomate o picatoste…y el toque de la cebollita me pareció todo un acierto. Aporta dulzor al plato y te hace olvidar del exceso de grasa que puede tener este plato.

Provolone con setas y cebolla caramelizada

De principales pedimos un arroz meloso con pato y aceite de trufa, al que le faltaba cremosidad. Un poco más de queso parmesano y la cosa cambiaría porque de sabor estaba muy rico.

Arroz meloso con pato y aceite de trufa

Siguiendo las recomendaciones de la casa probamos la hamburguesa. Carne de La Finca, ketchup casero con un suave sabor a pimiento rojo asado, bacon bien crujiente que aporta es toque ahumado que nos encanta en una burger y queso provolone que no suele ser habitual, pero que aquí pegaba de maravilla. Somos más partidarios del pan de burger tradicional, pero el mollete que ponen en Serafina…otro éxito de cocina ;).

Hamburguesa de la casa

Sin duda, lo mejor de la cena fue el Banoffee. Un postre que no se ve mucho en Madrid, que hacen casero y que es cero empalagoso, aunque lo parezca. Se lo recomiendo a todo el que venga a Serafina, eso sí, os tiene que gustar el plátano y el dulce de leche porque son los dos protagonistas.

Banoffee, tarta de plátano y dulce de leche casero

Cuando leí en la carta carrot cake, ya os imaginais lo que hice :)…tiene un frosting  de cítricos que me recordó a una tarta de queso de las que no están horneadas. La verdad es que está bastante conseguido, pero para mi gusto una capita de frosting en medio y un poco más de canela no le hubiera venido nada mal.

Carrot cake

Mi recomendación: si estáis por la zona de la Puerta del Sol y no queréis ir a comer a un sitio turístico y os apetece comida casera en un ambiente cuidado y chulo, os recomiendo probar Serafina cocina bar. Cenar sale por 25-30 euros/persona con vino, comida elaborada con buena materia prima y un servicio encantador.