Mucho tiempo llevaba esperando para conocer y probar los arroces de «La Bomba, rice bar» y, por fin, este jueves fui, porque habían venido unos americanos de visita y como querían tomar una paella, no lo dudé ni un segundo y les dije de venir a la calle Augusto Figueroa.

La Bomba, rice bar

La dueña se encargó de tomarnos la comanda, explicarnos cada uno de los platos en inglés y recomendarnos sus especialidades. Los americanos estaban encantados y todavía no habían probado nada…eso era lo que queríamos, que se dieran cuenta del buen trato al cliente y los locales más chulos que tenemos en Madrid ;).

Su carta de arroces

Los entrantes fueron deliciosos y muy typical spanish: ensaladilla rusa, de la que soy super fan y esta me pareció muy buena. Era un puré de patatas con tropezones y una mayonesa que envolvía y unía a todos los ingredientes. Me sorprendió que a nuestros visitantes no les gustara demasiado, porque son unos grandes consumidores de patatas, pero en este formato no están acostumbrados a tomarlas :(.

Ensaladilla rusa

Unas croquetas de jamón, que de primeras merecían la pena pedirlas para ver la presentación: una mini cesta de freidora…era una monada, nuestros visitantes se quedaron boquiabiertos cuando nos trajeron las croquetas a la mesa. Y cuando las probaron de sus bocas no salían mas que: «deliciosas», «suaves y crujientes», «¡¡Qué buen sabor, no como las que tomamos en la Plaza Mayor».

Croquetas de jamón

Y jamón ibérico con pan de cristal, este aperitivo era una apuesta segura para impresionar a los comensales de nuestra mesa. No habían probando un jamón tan bueno en su semana en España y nunca se lo habían presentado con pan de cristal y tomate recién triturado, con un buen chorrito de aceite de oliva extra virgen…estaban relamiéndose después de los aperitivos.

Jamón ibérico con pan de cristal

De segundo pedimos tres de los cuatro arroces que sirven por las noches, para poder probar un poco de cada uno. Eramos 8 comensales y pedimos arroz para 6, porque ya estábamos bastante saciados con los primeros. El primer arroz que trajeron fue un risotto de verduras con azafrán que me pareció espectacular. El azafrán era el sabor predominante del plato y el encargado de dar color.

Risotto de verduras

Luego trajeron un arroz meloso con carabineros, que fue el que más gustó en la mesa, por la ligereza del grano de arroz y la cremosidad que aportaban los carabineros. Los reyes del plato eran, sin dudarlo ni un segundo, los tres carabineros que esperaban ser devorados por algún valiente, que se atreviera a meter la mano y pelearse con el grupo para poder disfrutar mientras los demás miraban ;).

Arroz meloso con carabineros

El último en llegar, pero el que más impresionó por el cabracho tempurizado que llevaba en la superficie del plato, fue el arroz abanda.

Arroz abanda con cabracho tempurizado

De lo bien que comimos y lo mucho que nos saciamos, no fuimos capaces de llegar al postre…una pena porque me habían comentado que son muy buenos, pero como no me cabe la menor duda que volveré a comer en este restaurante, la próxima vez me dejaré un huequito para probar alguno de los bocados dulces que aquí sirven.

Mi recomendación: a día de hoy, si alguien me pregunta de un sitio en Madrid para comer un buen arroz, mi recomendación va a ser La Bomba, porque me gustó todo de este sitio: el local (baldosa blanca con fotos en blanco en negro por todas las paredes), el ambiente (gente joven y moderna), la comida (buenísima y contundente), el trato (personalizado y muy atento) y el precio (30€/persona con primeros, segundos y buen vino) ;).

La Bomba, rice bar

Calle Augusto Figueroa 33, Madrid