La Sierra Madrileña, en invierno, se pone su manto blanco y el frío se convierte en parte del día a día de la gente que vive allí. Por eso, tener un restaurante cuya oferta se base principalmente en raclettes de carne, queso o de ambas es una idea de lo más lógica ;).

Entrada a la Raclette

Los dueños de la Raclette han conseguido imitar una de las típicas cabañas de madera de Suiza, con una chimenea que siempre está encendida y ambiente acogedor, muy apetecible y muy logrado :).

El interior de la parte superior de la casita de madera

Aquí se sabe lo que se va a comer, porque son buenos en una única cosa, que es la que ofertan: RACLETTE. Sólo tienes que decidir si la quieres de carne, de queso o de ambas y ellos te colocan en la mesa unas brasa sobre las que se hará la carne y se fundirá el queso.

Raclette de queso y de lomo de buey

Como acompañantes te traen una cesta con patatas asadas y un plato con jamón york, jamón serrano, salchichón, pepinillos, cebollitas, patatas fritas y 4 salsas diferentes ;).

Raclette

De los postres, merece la pena los profiteroles de chocolate, que los hacen caseros, aunque esta vez nos decantamos por café y pacharán (los valientes).

Mi recomendación: es un plan de invierno perfecto, con amigos, en familia o con tu pareja…es una comida que se basa en compartir y te permite tener una conversación muy agradable, a la vez que se van haciendo las cosas. La cantidad perfecta para una comida de 3 es: una raclette de carne, otra de queso, una ración de queso y una ración de carne…con eso cubrís el cupo de calorías a la perfección y vuestro bolsillo no se resiente mucho (25€/persona con vino) ;). También se puede pedir, mediante reserva previa, raclette en máquina tradicional suiza.

La Raclette

Calle de las Huertas 8, Navacerrada