En el corazón de la calle Ponzano, una de las zonas más de moda de la capital, ha abierto sus puertas Toque de Sal, un restaurante decorado por Alvaro Oliver Bultó con estilo parisino, ambiente refinado y elegantes camareros en sala y barra.
Un sitio ideal para ir de after-work, ya que cuenta, en la entrada, con una larga barra donde poder tomar tranquilamente una copa en un ambiente distendido y tranquilo. Pero nosotros fuimos a otra cosa, a hincarle el diente a las delicias gastronómicas que ofrece, de la mano de Eduardo, uno de los más amables y atentos jefes de sala que recuerdo :).
Empezamos con fu foie gras de canard mi-cuit casero, una generosísima ración con sal maldon por encima y aderezado con gel de vinagre de Módena, acompañado de pan tostado y una cesta de varios tipos de pan. La textura era perfecta, nada empalagosa y no te queda la sensación de grasa como sucede con otros foies. ¡¡Un éxito 😉 !!
A continuación probamos las croquetas caseras de puerro y de pollo al curry. Ambas perfectamente fritas, crujientes por fuera y con una bechamel ligera por dentro. No me pareció acertada la idea de las croquetas de puerro, ya que no tenían demasiado sabor. Sin embargo la de pollo al curry estaba deliciosa. El curry está de moda, y le va bien a casi todo.
Seguimos con la cazuelita de mejillones a la belga, acompañados de sus correspondientes patatas fritas. La materia prima era muy buena, los mejillones tenían un tamaño considerable, y la salsa no se quedaba atrás, aunque no era la típica salsa de vino blanco, me pareció muy interesante. Las patatas cortadas en gajos generosos, perfectamente doradas :).
Luego vino la sorpresa de la noche: ceviche de corvina macerado en cítricos, jengibre, cilantro, tomate y cebolla roja. Se nota perfectamente la combinación de sabores en cada bocado. No es muy habitual encontrar ceviche de corvina, pero el sabor es espectacular. Quizá el único defecto, por decir algo, es que los trozos de corvina eran demasiado grandes.
Finalmente, el toque carnívoro de la noche lo puso un señor solomillo con chalotas confitadas al Pedro Ximenez. Una vez más, maravilla de materia prima. Un carne excelente, perfectamente cocinada: bien marcadita por fuera, y por dentro roja, extremadamente jugosa. Para no perdérselo, un 10 ;). El punto negativo del plato fueron las chalotas. De sabor estaban muy bien, pero un poco empalagosas. En cualquier caso, un plato exquisito.
Para cerrar la velada, como a nadie le amarga un dulce…probamos su famosa «Vaca Lechera«, un tarrito en el que se mezcla nata, leche condensada y galleta triturada, y se deja enfriar. Tal vez un toque de mermelada de fruto rojos, al estilo de un cheesecake, le hubiera ido bien, pero el postre merece la pena probarlo, sin duda :).
Mi recomendación: la próxima vez que quedéis por Ponzano, no dejéis de pasar por Toque de Sal y no quedaréis indiferentes. Y si os gustan los ceviches, el de corvina es un «must». Cenar sale por 30 euros/persona picoteando un poco de todo y regando la comida con unas buenas cervezas o vino, según prefiera cada uno ;).
El corresponsal de Foodstorming devuelve la conexión: «Felix, el gato que se pone las botas, ahora desde Colombia«.
Calle Ponzano 46, Madrid