Para celebrar mi cuarto de siglo, Luis me invitó a cenar a Kabuki de la c/Presidente Carmona. Escogió este al leer que fue el primero que abrió y que la calidad era la misma que en el Wellington, ambos con una estrella Michelín, pero que costando bastante menos.
La carta es espectacular, nosotros nos dejamos llevar por lo que nos recomendó la maître. Este japo se caracteriza por la gran variedad que tiene de nigiris, a los que dedican una carta entera, para indicar que es su plato estrella y al que cuidan con mucho cariño ;).

Foto tomada de El País
Empezamos la cena con un plato de fuera de carta, cosa siempre peligrosa, ya que no sabes lo que te va a costar la broma y no has podido leer recomendaciones sobre el…pero en nuestro caso tuvimos mucha suerte…y las navajas con salsa de Yuzu estaban buenísimas. El yuzu es un cítrico japonés que se usa para hacer salsa con su zumo o su cáscara. En este plato potenciaba el sabor de la navaja y le daba cremosidad.
Tras terminar este aperitivo, nos trajeron una degustación con los nigiris más famosos y típicos de Kabuki:
- De steak tartar con arroz tostado. Fuera de los habituales nigiris de pescado, este pequeño bocado me impresionó. El arroz tostado hacía de pan del steak tartar…asombrosa combinación :).
- De vieras yuzu. Este nigiri no nos convenció, la textura de la viera era bastante singular y al estar cruda se hacía más viscosa dentro de la boca…una pena :(.
- De huevo de codorniz con trufa blanca. Este fue uno de los nigiris que revolucionó el mercado hace un par de años y no podíamos perdérnoslo. Destacaré la calidad de la trufa blanca…en eso se diferencian con los otros japos que han copiado este plato.
- De toro tamari (ventresca de atún con cebollino y mostaza). Este fue el que más nos gustó con diferencia…y es que la ventresca es una pieza espectacular, que con el toque de flambeo, el cebollino y la mostaza…crean un nigiri exquisito ;).
Después de estos cuatro bocaditos, pedimos makis, que es lo que nos tiene obsesionados éste año. Empezamos con un futomaki de anguila: roll de anguila tempurizado con aguacate y huevas de tobiko. Nunca habíamos probado la anguila y desde ese día somos #muyfans…nos pareció una pescado de sabor peculiar y poco marino.
Y el clásico ebi roll: maki de langostino tempurizado con aguacate, queso crema, huevas de tobiko y crujiente por fuera. Siempre solemos pedir este maki porque nos encantan los langostinos en gabardina japonesa…y aquí nos demostraron que dominan las tempuras ;).
Reconozco que soy o de sushi o de carta, pero las dos no me gusta mezclarlas…estábamos de celebración e hice una excepción al habernos recomendado pedir las costillas de wagyu con salsa de teriyaki, así que obedientes las pedimos y, nos sorprendieron gratamente…no me arrepiento nada de haberlas pedido y las recomiendo :). Una carne que era como mantequilla…y un sabor único.
¿En qué cumple no se soplan las velas? Para ello pedimos las 7 texturas de chocolate: en la base había un fino bizcocho, sobre el que apoyaron una mousse de chocolate con leche cubierto de chocolate negro líquido, una galleta de chocolate, praliné y almendras y streuzel de cacao. Y un bombón de chocolate blanco coronaba el postre. Una versión del famoso postre de Oriol Balaguer, hecho para Kabuki…olé olé olé!!!
Mi recomendación: Kabuki es, sin duda, un sitio especial para una ocasión especial, porque te tratan de maravilla, te explican cada plato al detalle y te recomiendan los mejores platos para que pases una velada perfecta. Cenar sale caro si quieres probar un poco de todo, como nos pasó a nosotros (50 euros/persona sin vino), pero si la comida nipona es lo tuyo y aprecias la alta cocina…Kabuki es tu sitio ;).
Kabuki
Avenida del Presidente Carmona 2,Madrid