Cuando piensas en una hamburguesería hoy en día, imaginas el típico diner americano que tan de moda se ha puesto, pero no todos los sitios de burgers son así, un claro ejemplo es Pecado Carnal. Un local con paredes de ladrillo visto, plagadas de fotos de músicos de los que ya no existen, donde te recibe Manuel Moriñigo, uno de los tres dueños, y te lleva a tu mesa contándote algo gracioso. Le caracteriza su labia y simpatía…de hecho estoy segura que sería capaz vender lo que quisiera sin esfuerzo y todos lo compraríamos ;).

Pecado Carnal c/Covarrubias

Esta vez mi acompañante fue Jana, de la agencia de comunicación Aires News. Nos apetecía todo y Manuel se encargó de pedir por nosotras, para que no sufriéramos. Empezamos con un carpaccio de setas portobello, cortadas muy finamente y confitadas 4 horas a 60ºC en aceite de trufa con media cabeza de ajo. Al servir, lo aliñan con piñones, albahaca, aceite de trufa y el ingrediente sorpresa. Un plato que nunca imaginarías que tuvieran en una hamburguesería, pero aquí quieren demostrarte que las cosas son diferentes y un ejemplo de ello es este PEDAZO de entrante :).

Carpaccio de portobello

Manuel insistió en que probáramos dos de sus platos preferidos antes de pasar a las hamburguesas y nos trajeron una tapa de ensaladilla, sin guisantes ni pimientos, con unos buenos trozos de aceitunas verdes y patata…receta de la casa, una buena opción para pedir en barra con una cervecita fría, si estás por la zona y quieres tomar el aperitivo.

Ensaladilla del chef

Y unas croquetas de boletus, a las que les faltaba ligereza en la bechamel para acompañar al buen crujiente exterior. Pero con los boletus es complicado conseguirlo, ya que esta ligereza se traduce como un alto porcentaje de probabilidades de que estallen al freírlas.

Tapita de croquetas

Llegó el turno de las famosas hamburguesas de buey de wagyu (en japonés «wagyu» significa ganado japonés) de Kobe (es la región de Japón de donde procedían originalmente las vacas, que han sido cruzadas y criadas aquí). Nos trajeron dos para que compartiéramos. Una black garlic kobe burger, hamburguesa de ajo negro japonés confitado, que importan desde Japón y sirven con mayonesa…verdaderamente deliciosa y singular, acompañada de patatas gajo caseras, que condimentan ellos mismos con sal, pimienta, tabasco y más especias que no podían decirme ;).

Black garlic kobe burger

Y la de temporada, con queso camembert trufado. Para elaborar el queso trufado es necesario un proceso de 4 días, en los que mezclan el camembert sin corteza con trufa negra, aceitunas negras y boletus y dejan que repose. Una hamburguesa costosa de elaborar pero con un sabor legendario e inolvidable…y eso que yo no soy muy de quesos.

Hamburguesa de queso trufado

De postre llegó su versión de tarta tatin. Este plato lo hacen siguiendo la receta de sus ancestros…consiste en una base de hojaldre, con una manzana asada y caramelizada, que acompañan con una bola de helado de canela…asombroso como una cosa tan pequeña puede estar tan rica :).

Tarta Tatin

Mi recomendación: me sorprende que un sitio que debería estar de moda, ya que el servicio es agradable y detallista, la calidad se ajusta al precio de forma sensacional y las hamburguesas son únicas y magníficas…tenga que recurrir a ofertas de Groupon, Lets Bonus, etc., para atraer a la clientela. Cenar sale por 20-25 euros/persona (tomando primero y postre para compartir y una hamburguesa y bebida cada uno). Tenéis tres sucursales para ir a pecar con una de estas increíbles hamburguesas ;).

Pecado Carnal

Calle Covarrubias 24, Madrid